jueves, mayo 26, 2011

Entre agonías... [I]

¿Qué sabemos de la muerte? Quizás sepamos más de hoyos negros… pero, ¿Cuánto sabemos de la muerte?

Retorica pregunta viene muy poco al caso, pues, aun que noticias relacionadas con la muerte son publicadas diariamente, no es parte de nuestra rutina diaria del respirar y vivir. Sin embargo, retoma sitio en nuestras mentes cuando un ser querido sufre de esta inusual agonía y solo preguntamos: ¿Por qué?

El “por qué” en realidad no importa, sino la verdadera pregunta que no nos logramos hacer correctamente es “¿Qué es?”

En definición, la muerte es, en esencia, un proceso terminal que consiste en la extinción del proceso homeostático de un ser vivo y, por ende, concluye con el fin de la vida. Y ¿El sentimiento?

Miedo, tristeza, ansiedad, angustia, agonía [por citar algunos]… lo que pocos lectores de biblia sabemos, es que la definición irónicamente correcta es que la muerte es la paga por el pecado según Dios. Aun así, es inexplicable para nosotros, tanto su definición como los sentimientos.

Buscando en internet el cómo explicar sobre la muerte me surgió una duda: ¿De qué forma no podemos, sino, QUEREMOS entenderla? De la forma más inocente y sencilla: como un niño.

Dejemos que la inocente mente de un niño nos explique el dichoso tema; en vez de saturarnos con palabras comprensibles que en el momento no queremos conocer, dejemos atrás el mutismo tema y convirtámoslo en la enseñanza más entendible: el marchitar de una rosa… un largo sueño sin despertar.

Como puede apreciar, no sé explicar bien el concepto de este tema, tal vez sea la razón por la cual no se dar palabras de aliento a una persona que sufre por alguien querido. Mi experiencia es que nadie me ha dicho nada para consolarme, yo solo he aprendido a tragar mi tristeza y permanecer sereno ante dicho acontecimiento, aun así, debe ser importante, pues algún momento tendré que explicarlo, ya sea a un pequeño o ayudar a alguien más.

“La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente.” François Mauriac.