viernes, enero 27, 2012

Cartas al Diablo III

Querido Caín:

Ha sido un placer tratar contigo, es evidente que tenemos muchas cosas en común. Comparto contigo esa opinión sobre esa desidiosa despreocupación de la que el Creador hace gala ante todo lo que se refiere a su Obra, y asimismo, también estoy de acuerdo en eso que me decías sobre la hipocresía de la Iglesia.

Sin embargo también expones un par de ideas en las que no puedo evitar mostrar mi desacuerdo.

En primer lugar, te diré que no eres el único que se acuerda de mi, aunque si uno de los pocos que lo hace de una forma tan directa. Si no me crees, no tienes más que pensar una vez más en todos esos desastres de la humanidad que describes en tu primera carta: hambres, guerras, destrucción del planeta… ¿O no son estos males causados por el hombre? Y permíteme que ponga énfasis en lo de MAL y en lo de HOMBRE.

Por otra parte, disculpa que te discuta eso de que no voy a venderte mi propio producto: no puedo menos que sentirme ofendido leyendo cómo me comparas con un vulgar vendedor de seguros. Espero que me entiendas bien si te digo que yo no necesito venderte nada. Digamos que se trata de un regalo que tú ya habías aceptado.

En cuanto a esas “chorradas de película barata” a las que te refieres, voy a decirte que si bien las viejas tradiciones se están perdiendo, un par de velas negras y un ritual de invocación tienen su encanto y nunca están de más.

Y sin más me despido, después de todo pronto podremos debatir largo y tendido sobre estos temas y tú podrás comprobar qué quizás el infierno no está tan vacío como piensas.
Hasta ahora mismo.

Ya Sabes Quién.